Pesos y medidas.
Cuento y recuento , peso, sopeso , tanteo , taso , evalúo , ajusto y calculo como un avaro sus monedas , cada una de las palabras y los silencios que con un esfuerzo supremo intento que parezcan espontáneos y naturales . Dudo al caminar por vez primera en tinieblas con todo por decir y sin palabras para decirlo , asustada por el ahínco con que luchan por salir exigiendo su tributo de desnudez y desamparo y sin fuerzas ni valor para pagar el precio requerido. Oigo tu voz y todo mi ser se estremece en tal manera que sólo me queda la defensa de entretenerme en el balance , y olvidar que son amor y ternura los valores de cambio. Hablo intentando no decir nada; nada que ate, que atosigue, que comprometa , que obligue , que encadene , que esclavice , que canse , que abrume, que aflija . Nada que me haga arrepentirme de haber hablado. Nada que te haga arrepentirte de haber escuchado .
Y , sin embargo , a solas con tu ausencia cierro los ojos y las palabras escapan disparatadas, desordenadas , imprudentes y sin medida del encierro a que las someto para jugar con tus labios y enredarse en tu lengua . Descaradas y provocadoras te acarician los párpados , recalan sin prisa en los surcos de tu frente, se pierden al jugar en tu pelo dejándolo revuelto, resbalan divertidas por tu pecho y recorren cada pliegue de tus formas ,sin olvidar ninguno; se amoldan a tu cuerpo como una segunda piel dibujando despacio la línea de tu espalda y el contorno de tu cuello , envolviéndote en deseo y provocando tu risa - ay... esa risa - y se derrochan , diluyéndose unas , nadando otras, en el dulce e infinito océano de tus ojos para después volar libres hasta el cielo , redimidas al fin de la pena de callar aquello que sé que nunca diré .
Y , sin embargo , a solas con tu ausencia cierro los ojos y las palabras escapan disparatadas, desordenadas , imprudentes y sin medida del encierro a que las someto para jugar con tus labios y enredarse en tu lengua . Descaradas y provocadoras te acarician los párpados , recalan sin prisa en los surcos de tu frente, se pierden al jugar en tu pelo dejándolo revuelto, resbalan divertidas por tu pecho y recorren cada pliegue de tus formas ,sin olvidar ninguno; se amoldan a tu cuerpo como una segunda piel dibujando despacio la línea de tu espalda y el contorno de tu cuello , envolviéndote en deseo y provocando tu risa - ay... esa risa - y se derrochan , diluyéndose unas , nadando otras, en el dulce e infinito océano de tus ojos para después volar libres hasta el cielo , redimidas al fin de la pena de callar aquello que sé que nunca diré .
5 comentarios
joseme -
Como ese sueño que se hace realidad.
Venga, un fuerte abrazo.
NOFRET -
Excelente tu narrativa, Octavia, me suena a poesía en prosa.
Besos!
Cerro -
Goreño -
felipe -